lunes, 19 de octubre de 2009

Gerardo Fernandez, Verbitsky y habla Cafiero


Conozco dos tipos de setentistas
1.- los que semejan a hippies avenjentados y huelen a naftalina, espantando asi a los que tienen a su alrededor y
2.- los que podemos llamar "neo setentistas", a estos les ha ido muy bien en la vida, se acomodaron lo mejor que pudieron al orden burgués que una vez enfrentaron hasta con las armas. Sostienen -los neo setentistas- el mismo discurso apolillado que los setentistas nostálgicos pero se diferencian de ellos por que en sus negocios tienden a quedarse con el 70%, y eso los hace doblemente setentistas (por ideas y margen de ganancias).

Ayer leí un extenso artículo de Horacio Verbitsky (un setentista de aquellos) y un posteo de Gerardo Fernandez en su blog "Tirando al Medio" en el que se transcribe y analiza un párrafo del artículo del "Perro" Verbitsky.
Lo que voy a objetar está detrás de estos párrafos:

"No obstante, la mayoría de esos casos se rigió por la ley no escrita del consenso bipartidario, según el modelo italiano del loteo, en el que se distribuían prebendas en forma equitativa, de modo que nadie quedara a la intemperie y desde afuera deslegitimara todo el sistema. El toma y daca institucional de 1994 le dio a Menem la posibilidad de reelección y al radicalismo un nuevo senador por la minoría en cada provincia y un ministro en la Corte Suprema."

"El colapso de ese sistema se pareció al de la tangentopoli italiana. Pero mientras mani pulite mandó a la cárcel a grandes empresarios, algunos de los cuales se pegaron un tiro, aquí se beneficiaron con la devaluación, la pesificación asimétrica y las leyes con nombre y apellido que les concedió durante su interinato presidencial el senador Eduardo Duhalde. Esta lógica asociativa recién se alteró con la asunción de Néstor Kirchner en 2003. La clave de este cambio es que además del loteo bipartidario se rompió el consenso, tácito en algunos momentos, explícito en otros, que había fundamentado su funcionamiento desde 1983: el sistema político debía actuar como facilitador de los intereses económicos que a partir de 1976 terminaron de destruir la que había sido la sociedad más igualitaria e integrada de América Latina, operación iniciada en 1955. La reversión de esta lógica comenzó con la recuperación del poder presidencial y la propuesta de transformaciones no consultadas con el gran capital y se aceleró con la asunción de CFK, en parte por temperamento, en parte por necesidad. Las principales leyes de sus veintidós meses de mandato han dado lugar a batallas campales, con descalificaciones recíprocas y acento apocalíptico. Los ejemplos culminantes fueron las leyes sobre retenciones a la comercialización de cereales y oleaginosas y de comunicación audiovisual.
"
Verbitsky se para en el nostálgico setentismo porteño (voluntarista, anácronico y amargo) para armar un relato lineal del "risorgimento" democrático argento en el que la fuerza de la historia empuja hasta concluir triunfalmente en la asunción de Nestor Kirchner, convertiéndolo asi en el nuevo hombre del destino, que viene a liberarnos de todos los ogros que aterrorizan la comarca (hasta del buenazo de Schreck. y el bon vivant de Fabbiani) . Las polillas de esta épica tienen el tamaño de elefantes. La podemos creer - forzándonos bastante- los peronistas que leímos mucha literatura de los '60 y '70, pero si le damos bola a estos planteos para el gran público volveremos a ser patrulla pérdida, ni van a saber de que hablamos.

Aquí se desgrana algunos puntos de la visión de Alfonsín que debería ser tomada en cuenta en el análisis de Verbitsky.
Afirma el autor del escrito (Serraferro):
Decía Alfonsín: “... en el hiperpresidencialismo es muy difícil lograr amplios consensos para superar situaciones de crisis. Ello puesto que nadie quiere integrar un gobierno donde los aciertos serán del presidente y los errores de los miembros extrapartidarios de su gabinete…
Y resumía el el derrotero letal del presidencialismo latinoamericano en estos seis tiempos: “a) derrota electoral parlamentaria del partido oficialista, b) pérdida de consenso del presidente, c) confrontación interpartidaria, d) bloqueo institucional interpoderes, e) crisis y parálisis del sistema, f) caída del sistema.”

...en la tesis de Alfonsín, el objetivo es que la oposición no apueste a la caída del gobierno —que puede o no desembocar en ruptura del régimen— y se establezcan, en cambio, consensos para superar la crisis.
La traducción institucional de este comportamiento sería la conformación de una suerte de “coalición de crisis” o bien una amigable “cohabitación” en el aparato ejecutivo entre el presidente y el nuevo jefe de Gabinete designado por la oposición. Pero Alfonsín basaba su suposición en un cálculo erróneo cuando decía: “en efecto, la oposición querrá el cargo y asumirá el compromiso con políticas específicas, ya que ello implica poderes sustanciales”
Agrega OMIX que Alfonsín piensa en la experiencia de una oposición conducida por dirigentes de la talla de Antonio Cafiero y Oscar Alende indudablemente. Eso da origen a la voluntad de pactar que conduce al Pacto de Olivos entre las principales fuerzas democráticas, que es demonizado por el perro. Habría que voltear la Constitución del 94 (fruto de esa connivencia, con los DDHH incluidos) para que valoren esa etapa, esos hombres y entiendan que no hay que seguir pintando la historia en términos bíblicos.
Los porteños son muy amargos me decian la semana pasada unos cordobeses, y ademas creen que todos son de su condición. Los unicos que comparten su amargura son esos pueblos transplantados de la Patagonia que ni siquiera tienen una tonada propia y reprodujeron la porteña. Por eso pagina es un fenómeno de dos o tres ciudades y el perro puede ser escuchado por algunos porteños y unos pocos patagónicos.
Maniqueismo y demonización es el signo del setentismo de un lado y de otro, de los que creyeron en la bondad de la "guerra revolucionaria" y de los que creyeron en la bondad de la "guerra contrarrevolucionaria".
Comparto el trazo muy grueso del párrafo seleccionado, pero el armazón es -con onda, claro, un artículo del museo de las ideas (hombres del destino + dialéctica marxiana).
La parte política de este proceso de loteo (al que se refiere) fue impecable, casi irreprochable, y hasta acertado para nuestra idiosincracia, lo que falló es el marco en el que se lo hizo, y claro eso era imposible de cambiar en los primeros tres lustros después de 1983 (los que crean lo contrario fueron y seguirán siendo elitistas, voluntaristas, maniqueos y kamikazes). Saco cuentas y buenoooo, había que esperar oportunidades que hasta después del 2001 nadie tuvo.
Para terminar recomiendo una lectura: Hace poco el joven argentino (y peronista del 18 de octubre), Tomásdel blog "burbujas con detergente", escribió este post: "Matar al Padre", si tienen tiempo leanlo, en una de esas lo reproduzco mañana.

Aqui Cafiero confirma algunas claves de lo que digo.

Palabras de Cafiero en el sepelio de Raúl Alfonsín.

6 comentarios:

Gerardo Fernández dijo...

No entiende este párrafo, Omix:

"Agrega OMIX que Alfonsín piensa en la experiencia de una oposición conducida por dirigentes de la talla de Antonio Cafiero y Oscar Alende indudablemente. Eso da origen a la voluntad de pactar que conduce al Pacto de Olivos entre las principales fuerzas democráticas, que es demonizado por el perro"

¿Cómo es eso de el pacto de Olivos con Menem se da a partir de la oposición que Alfonsín valoraba en Cafiero y Alende?
No lo entiendo, en serio.
Abrazo

OMIX dijo...

Es más una frase balbuceada que una certeza. Apenas una punta, confusa aún.
Cuando RA y todos los hombres de tantos partidos empezaron a sentar las bases de un retorno a un ciclo democrático lo más largo posible, vieron que había ciertas coincidencias entre ellos -ademas del espanto- y que estaban por encima de las disidencias.
Ejemplo: Alfonsín accede a la reforma constitucional y no podemos llamarle toma daca (vos me das Jefe de Gabinete y DDHH y yo te concedo 4 años más de Presidente) y tampoco podemos decir que la reforma fue fundamental en el intento de eternizar el neoliberalismo.
Alfonsin (y tantos otros) y encara ese dialogo y consenso tiene en la memoria las oposiciones bravas, frontales de Cafiero y Alende entre otros, y por eso separa la paja del trigo, estaban dadas las condiciones para la alta negociación (la pucha si negociar los términos de una reforma no es "alta política".

Todo en esa época componía lo que a lo lejos podemos divisar como gigantesco ensayo. Había empezado durante los últimos años de la dictadura y continuó los primeros de la democracia. A la vista de los incrédulos, puede haberse trocado en "loteo" como sinónimo de "toma-daca", siempre la política menor copia (mal) a la alta política. Puede que una parte y en alguna medida haya sido un innegable toma daca, pero eso era algo que podía modificarse, más que nada por el hastío que esas prácticas provocan.
El experimento del dialogo entre las fuerzas que podríamos llamar nacionales y populares estaba en marcha y Menem era circunstancial, el neoliberalismo también.
Mientras tanto que... pasabamos una temporada fuera de la política y no avanzabamos, no metíamos el Jefe de gabinete, no metíamos los DDHH en laConstitución. Eso tambien puede ser llamado deserción, eso es lo mismo que critico de Pino, con el que solo por su funcionalida me impide vislumbrarlo como posible candidato para apoyar en 2000.

La política de aquel retorno era una política de caballeros, a pesar de los 17 paros etc. También existió el apoyo (encubierto) a varias medidas que se entendieron como un progreso y evidentemente el expreso en caso de Semana Santa.
Esa es la experiencia que llevo al "loteo", no como práctica corrupta sino como necesaria "cohabitación" entre distintos y contrarios.

chubutense dijo...

Claaaaaaaaaro, por que en Morón tienen una tonada recontracaracterística. Andá...

Lo demás muy rico.

OMIX dijo...

Es la misma tonada, sin tono ofensivo hacia los patagónicos. Menos a los naturales del Chugú.
Quise decir sin nombrar, que es escuchado por NK.

chubutense dijo...

Si, si, se entendió.

chubutens dijo...

Es una lectura muy interesante la tuya.

Yo creo que Alfonsín, como buen republicano español que era, soñaba con terminar con las "corporaciones", en particular con dos: el ejército y los sindicatos. De ahí que avance contra las dos en su primera semana de gobierno. Una vez neutralizadas estas los políticos podrían dedicarse a sacar leyes lindas y todos ibamos a ser felices. El sueño republicano. Los dos demonios de Alfonsín, entonces, no eran los que piensa el Perro, entre otros, sino los compañeros y los camaradas.

Fracasó en neutralizar esas corporaciones y otras, los grupos económicos, se lo llevaron puesto.

Lo interesante (y es allí donde yo veo continuidad) es que el que reventó a milicos y sindicatos no fue don Raúl sino Carlos. En breve: Menem logró hacer efectivo el proyecto alfonsinista y con ello construyó (construyeron) la república argentina moderna.

La consecuencia, sin embargo, fue la explosión del sistema del sistema de partidos en el 2001.

Y acá si tengo que coincidir con el Perro en que hay un cambio cualitativo en los K. Es con los K que los gremios empiezan a reconstruir (muy timidamente para los que pasamos cierta edad) el poder que creo (y creen), les corresponde. Sin ejército, del otro lado es un quilombo.

saludos!