miércoles, 22 de septiembre de 2010

la juventú "K" (Natanson, Peirone y Chiconi)

Martes, 22 de setiembre de 2010, 14 hs, si todo sale bien estoy entrando a horario a la reunión de asesores de la comisión de educación de la cámara de Diputados. En 20 minutos llegará corriendo con la corbata corrida para un costado, medio despeinado y transpirando el amigo Fernando Peirone.

Esta mañana cuando programé este posteo acababa de leer en página12 una nota escrita por Peirone que inicia una polémica con José "minoría intensa" Natanson.
"en el contexto de la toma de las escuelas secundarias... aparecen dos juventudes, una ...de clase media y otra de ... "pobre" El derrotero desemboca en el actual estado de situación, con vivencias partidas que no logran ser integradas por una política de Estado. Natanson expone su tesis: la clase política, en este caso el kirchnerismo, “descuida las políticas específicamente orientadas a las ‘dos juventudes’, sus problemas y necesidades”. Aceptando que lo propio del Estado es implementar políticas tendientes a contener las demandas y necesidades de quienes integran este rango etario, independientemente de la extracción social a la que pertenezcan, la nota incurre en un error de concepto que comparte con la corporación política: la consideración que hace de la juventud en cuanto identidad social y su modo sistémico de entender la participación.
Primero deconstruye a Natanson y después se lanza a darle forma a su objeción
La participación de los jóvenes actuales –como el concepto mismo de juventud– ya no puede ser evaluada a la luz de conceptos y categorías que sólo persisten por efecto inercial y no responden a los datos de realidad disponibles.
La adhesión política de estos jóvenes ya no es a una ideología, ni a un partido ni a una persona, mucho menos de manera estable; su adhesión, si así pudiera llamarse, en todo caso, es a un entorno que por definición es un proyecto inacabado, pero que expresa una empatía concreta y un horizonte difuso aunque compartido. Lo que Natanson llama “la emergencia de una militancia juvenil kirchnerista”, por ejemplo, no responde a la cohesión demiúrgica de “un liderazgo y un programa”, sino a un ecosistema integrado por elementos dinámicos y disímiles, pero consonantes, que en su variedad y fragmentación logran conformar una puesta en valor y una metáfora de sus deseos.
Es decir, se constituyen en una suerte de nuevo sujeto político que realiza intervenciones culturales efectivas; esto es: toman partido, suman, contagian, interpelan y producen resultados precisos. Las tomas de escuelas tienen esa lógica, es el efecto de un estado asambleario dinámico enancado en las redes sociales y objetivado de manera efectiva y cohesionada.
Y para ello mete por la ventana algo que el marxismo se niega a meter: el mercado, e imagina que:
Se requiere mucho esfuerzo de comprensión teórica y práctica, científica y tecnológica, para encontrar un diálogo con esta nueva dimensión política que plantean los jóvenes. La tarea de la cultura es siempre ardua, pero apasionante.
Esto me hace acordar a un posteo de Luciano Chiconi acerca del acto de la juventú K en el Luna Park. No encuentro puntos en común. Por ahi lo mio es antojadizo, el lector evaluará

O.b

PD.- Siempre pensé que la idea de clase media es una buena forma de hacerle sentir a un pobre que no lo es, solo por que tiene para comprarse unas zapatillas pedorras de 700 mangos.
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