sábado, 12 de febrero de 2011

UIA / CGT; 2 visiones sobre el corporativismo

Hoy el diario La Nación editorializa que el peronismo es "emulación del fascismo". En una nota -que parece escrita por el arrepentido Sebreli o la blanquita Luciana Vazquez- asegura que "de derecha o de izquierda, el partido responde a sus orígenes fascistas apelando a la fuerza para imponer su supremacía" y apunta al "ala gobernante" es decir al kirchnerismo sin dejar por supuesto de ser ni por un instante "tribuna de doctrina" antiperonista por excelencia, en la que el mejor peronista es el peronista muerto, y en algunos casos (Perón y Nk, por ejemplo) no los salva ni la lápida.

Empieza con el categórico: "El peronismo tuvo, como se sabe, orígenes fascistas.". Y claro después de semejante afirmación se nos despejan las dudas: el peronismo es un fascismo o mejor un protofascismo que se dió después de la experiencia mussoliniana.

Como toda mentira grossa, algo de verdad contiene. Al peronismo, que es una construcción histórica confluyen tendencias ideológicas variopintas que venían de antaño y otras que hacían furor en las decada del 20/30/40 (es decir inmediatamente cercanas a su fundación) entre ellas el fascismo italiano, al que hace referencia el/la editorialista. Después del primer peronismo, esta fuerza seguiría incorporando ideas y puntos de vista desde los más impensadas experiencias políticas mundiales y hasta el dia de hoy lo hace, es decir que ha evolucionado con grandes aciertos y grandes errores al compás del mundo.

Indudablemente, entre esas ideas "afluentes" de las que el primer peronismo es "colector" está la fascista y algunas de sus notas características son tomadas como signo de los tiempos, el intervencionismo estatal, el productivismo, etc. Pero, baste recordar que, hubo una crisis en el mundo, la de 1929, que obligó a las naves insignias del capitalismo a recurrir a recursos extremos, sin ir más lejos en USA el keynesianismo roosveltiano se impuso a los cruzados de la libertad de empresa. Las verdades reveladas se habían caido para todos por igual, acaso se supone que aqui ibamos a esquivar los balazos.

No me gustan los eufemismos, asi que me mando de lleno. Eran tiempos de turbulencia y cambios, Perón era uno de los tantos (ningún adelantado o iluminado en esto) que sostenía que se venía una revolución por crecimiento de espectativas de actores sociales (el mundo obrero) que hasta ese momento podían estar contenidos en sus reivindicaciones y que habia dos maneras de actuar frente a ese inminente acontecimiento, reprimirla (aunque no le parecía ni justa ni eficaz) o conducirla hacia una forma de revolución posible y deseable para la mayoría del pais, algo que no fuera la dictadura del capitalista ni la dictadura del proletario.

La convocatoria de Perón al sindicalismo recién pasado el 4 de junio 1943 -a través del Coronel Mercante, hijo de un sindicalista ferroviario- para que lo acompañen a protagonizar una revolución de signo diferente a la marx-leninista es una clara evolución, refinamiento y adaptación a las condiciones locales y de época de la sociedad argentina del fascismo italiano correespondiente a los años 1919/20/21 años donde fue evidente la gravitación de las ideas del sindicalismo revolucionario sobre el jefe del socialismo peninsular don Benito Mussolini entre las que se colaban la teoría de "mito y violencia" de Sorel. Para los sindicalistas revolucionarios
"Como bien lo definía el sindicalista italiano Sergio Pannunzio, el viejo conflicto de clases se transforma en choque entre un bloque conservador y un bloque revolucionario. Al bloque revolucionario sólo podían pertenecer militantes sindicalistas, anarquistas o nacionalistas radicales, mientras que tanto liberales como socialistas marxistas, que comparten los mismos principios materialistas y racionalistas de la sociedad y cultura burguesa, comprenden el bloque conservador." ("Argentina 1930-1940: nacionalismo integral, justicia social y clase obrera" deAlberto Spektorowski)

Perón y menos de una veintena de hombres que hicieron el pustch juniano de 1943 estaba dispuesto a darle forma a ese bloque conductor de la revolución del socialismo nacional.


De la experiencia itálica Perón saca sus propias conclusiones que están lejos de ser un calco. como afirma La Nación, pero de la que tampoco se pueden negar lnfluencias.

Hacia 1914 el ex socialista Mussolini entiende que tipo de revolución puede hacer su pais y, a la vez, escapar del influjo de las potencias que acechaban, industrializarse y ser potencia de primer orden (1)

“La izquierda intervencionista, que engloba el fascismo y aspira a ser un movimiento de convergencia, de salvación de toda la Nación, se niega a que los opulentos aplasten a los trabajadores, al tiempo que no está en su ánimo permitir que estalle una revolución social.”

“El nacimiento de la ideología fascista”; Zeev Sternhell,Mario Sznajder,Maia Ashéri , Págs.339/40/1/2

Esto fue tomando forma hasta llegar a a ser eso que algunos autores llaman el corporativismo organicista cuyo momento germinal lo sitúan en la "patriada" de D'Annunzio y Alceste de Ambris en agosto de 1920 con la proclamación del Estado libre de Fiume y la "Carta de Carnaro" donde dejan claros sus propósitos: “ampliamente y por arriba de cualquier otro el derecho de los productores; anula y reduce la excesiva centralidad de los poderes constituidos; divide las fuerzas y los cargos, de manera tal que por el juego armónico de las diversidades se vigorice y enriquezca cada vez más la vida común”.

El industrialismo que venía dando vueltas en la cabeza de políticos, intelectuales, hombres de empresa y militares argentinos desde los tiempos de Carlos Pellegrini encontró carnadura en esa epoca en el "productivismo", idea ensambladora de varias corrientes que pugnaron por instaurar bajo una fachada democratica una dictadura nacional desarrollista, que logre formar el "capital nacional" suficiente para el desarrollo armónico e integral del pais, verbigracia: intervencionismo estatal, industrialización acelerada, etc. Mussolini propuso hacerlo mediante la dictadura del estado nacional sobre toda la nación (statocrazia) . Perón estaba lejos de ese proceso y de ese proyecto, algunas instituciones tomó de alli -basta con repasar las 20 verdades peronistas para encontrar coincidencias-, pero no "compró" semejante error histórico.

Alrededor de Perón tomó cuerpo el anti-imperialismo, la noción de la igualdad de los pueblos que se contrapone al deseo manifiesto del "duce" de llevar a Italia a la categoría de "pais imperialista". El peronismo integro entre sus i deas la de Justicia social" como ensambladora y no el productivismo, la justicia social es un concepto muy caro y rasgo común del populismo latinoamericano, tan olvidado por los resentimientos de las naciones perdidosas de la primera guerra mundial que ponían al frentre de todas las preferencias el restablecer el honor nacional mancillado aún a costa del sacrifico de las sectores desposeídos. La diferencia mayor entre las dictaduras desarrollistas del primer mundo y los populismos latinoamericanos está en la centralidad del concepto de "produccionismo" es decir la formación del capital nacional y el de "justicia social", conceptos que inenetan sintetizarse en ambas tendencias pero con el acento puesto en uno u otro (2).
Hasta aqui el fascismo (y el Mussolini) del que el peronismo puede aceptar ser en parte de sus ideas tributario.

Pero hay varios fascismos y varios Mussolini's que hay que analizar, algunos influyeron un poco otros en nada en el naciente peronismo.

En 1925 "il duce" empezó a preparar a Italia para la guerra: una economía de guerra (o autarquía), mucho proteccionismo a algunas ramas estratégicas (siderurgia, naviera, electrica, armamentos y químicos y alimentación, en la que descollaba el trigo). Mussolini aplastó las protestas de las organiz
aciones sindicales en haras de esa "autosuficiencia" necesaria para afrontar un conflicto bélico que le parecía inminente, cruento y largo. Fue una etapa de desocupación, deflación y recortes salariales. En 1933 y con el fin de intervenir y controlar las industrias pesadas especialmente la siderurgica y la naviera se creó el IRI (istituto per la riconstruzione industriale) instrumento característico del fascismo italiano, sus detractores decían que era la mejor manera de "privatizar las ganancias y socializar las pérdidas". Lo importante de resaltar en esa primera etapa -la experiencia del IRI llega hasta el neoliberal año 2000- es que de ella surgieron una enorme cantidad de administradores de empresas con fama de ser verdaderamente muy buenos en lo suyo y estuvo dirigida por administrados surgidos de los primeros planos de hombres de gestión privada de esos tiempos, por ejemplo: Oscar Sinigaglia, Enrico Mattei y Agostino Rocca.

De todo un andamiaje que puede tomarse como "ahijado" del fachismo solo dos experiencias han sobrevivido, el corporativismo a la italiana de ciertos sectores del empresariado radicado en nuestro pais y las CGT que se reivinduican peronistas. Esta semana, sin ir más lejos, dos noticias cubrieron esos restos de justicialismo fachero, 1) la interna de la UIA, que en realidad es interna de las clases poseedoras más allá del gremio industrial y 2) el encanamiento de un dirigente sindical a raiz de una invención del sindicalismo (las obras sociales del paco manrique) que poco tiene que ver con la doctrina justicialista pero se ha aceptado -como tal- por imposición de los hechos, después detodo: la unica verdad es la realidad, en ese incesante incorpaoración de elementos exóticos que el peronismo alienta.

De la tirria contra los sindicalistas me ocuparé en otra ocasión (4).

La union industrial (que opera en) argentina se debate en internas cruzadas en tiempos de crecimiento acelerado y calentamiento de la economía para que ello suceda. Si desde ella se hace la debida presión es mucho lo que se puede rascar y por eso se la disputan.

Ganaremos algo de esta pulseada?, que va!!, si de enero a enero la plata es del banquero, comerciante, industrial, capitalista. Rocca vs Madanes parece que encabezan la disputa, uno por cada bando y algunos toman partido. La disputa se dá bajo esta mascarada: No son pocos del lado de Madanes los que recuerdan que Paolo Rocca es el descendiente de Agostino el fundador de la dinastía () y
director de la siderurgia estatal italiana durante los años del verdadero Mussolini, quien utilizó para radicarla en la Argentina luego de la derrota del Eje capitales alemanes e italianos en fuga, con el beneplácito del Vaticano (H. Verbitsky)
Del otro lado Madanes Quintanilla, descendiente de la dinastia Madanes se defiende recordando tiempos pasados en tono sarcástico respecto a las habladurías provenientes del sector de los Rocca

“Yo no me quiero quedar con la UIA, sino con la Patagonia; lo mío es el Plan Andinia; soy un agente de la sinarquía internacional. Luego de reconocer todas las cosas que se me atribuyen, yo quiero que discutamos un programa estructural de largo plazo para la UIA, que es algo que hace mucho que no discute la UIA” (LPonline)
Los Rocca son fascistas productivistas?

Los Madanes son el brazo ejecutor del Plan Andinia?

Esto es verdura, cortinas de humo para hacer adeptos por fuera, por dentro está en juego plata, guita, biyuya y nada más.

Esta interna está que arde.

Algo de esta interna se dejó ver en un editorial de tapa que la Nación sacó el viernes tratando de evitar que los popes hagan caso a las provocaciones internas y se dividan y este editorrial de hoy completa el cuadro.

Detrás de las conspiraciones la verdad desnuda, están repartiendo cartas, los lugares en la mesa, el valor de las apuestas y el margen de ganancias segpun mi visión

Otra vision -tan periferica como la anterior- es la que ofrece Lucas Carrasco,
La renuncia del lobbysta Héctor Méndez -que, al igual que Jaime Campos al frente de la Asociación empresaria argentina (AEA) más que empresarios son lobbystas- más que expresar una crisis al interior de uno de los bloques de la clase dominante -los que triunfaron por encima de los dolarizadores, aunque esa pelea en el actual contexto nacional, regional y mundial ya carezca de sentido- expresa también la profundización del escenario sudamericano. Hoy, pero sólo hoy, la AEA no es más la gallina turuleca que ponía huevos en cada corporación.
El triunfo del PT en Brasil redefine los planes de la industria más integrada al Brasil y desde Brasil al mundo: principalmente ensambladores (que roden el mundo automotor y de maquinarias agrícolas), agroindustriales -Grobocopatel, por caso, integrante de AEA- y empresas de servicios privatizadas, plenamente integradas al mercado mundial.
Aunque los grandes empresarios (diversificados, dato estratégico para el campo popular) no sientan a este gobierno como propio, o en palabras de Cristina al asumir: "no voy a ser gendarme de los intereses empresariales", tampoco pasarían una estadía en la clína para suicidas de Alejandro Casona.
Brasil como puerta de entrada al BIRCS (Brasil, India, Rusia, China, Sudáfrica) e integrador -en su alianza estratégica con argentina- emitió una señal clara que provocó un cimbronazo que, en el plano político interno, aísla aún más a Clarín. Incluso, hace repensar a Techint.
Las corporaciones patronales siguen siendo los grandes adversarios del gobierno, pero hay matices, y dos son los principales:
1) Se ahonda la soledad de la Mesa de Enlace en relación con el resto de las gremiales patronales que cortan el bacalao (las Asociaciones de Bancos, principalmente ABA, la UIA, la Jerarquía de la Iglesia Católica, otras "víctimas" de las retenciones como los petroleros (que las itenen móviles a las retenciones) y demás producciones primarias de exportación, pequeñas en su aporte al PBI en relación a los grandes millonarios que defiende la Mesa de Enlace de Biolcatti, Pino Solanas, la UCR y Llambías.
2)Se torna más visible el aislamiento de Clarín, por otros motivos, al interior de Adepa y en el mercado publicitario por su propia diversificación más su herida imagen corporativa; y al aislarse Clarín la crisis se expresa en el mismo edificio donde comparten oficina los popes de la UIA y de AEA...

versión que invito a que lean completa (cliqueando aqui).

En fin usted dirá...


O.b

Notas

(1)

“Lo que cambia es el sentido y el objeto de la revolución, así como su sujeto activo. Mussolini ha aprendido de los sindicalistas revolucionarios que hay que dejar intacto el capitalismo; tras el fracaso de las huelgas generales, ha comprendido, antes de agosto de 1914, que el proletariado de la Europa occidental no hará la revolución. El que quiera romper la argolla del orden establecido, que también es la del subdesarrollo en el sur y de la enfeudación al dinero alemán en el norte, de la corrupción y de la combinazione, el que quiera depurar el Parlamento y la administración, el ejército y la Iglesia, los partidos políticos y los sindicatos reformistas para hacer de ello algo más que los engranajes de una enorme máquina para explotar al pueblo, deberá hacer, sin duda, una revolución, pero una revolución distinta.”

“El sindicalismo revolucionario proporciona al fascismo naciente su contenido ideológico en lo que concierne a los problemas interiores de la sociedad italiana”

“Mientras tanto, en este año de 1920… la crisis interior italiana adquiere dimensiones dramáticas. Tanto en el seno de la vieja izquierda socialista como en el seno de la derecha nacionalista, va madurando la idea de que esta crisis solo podrá solucionarse por la vía radical. En la izquierda, la balanza empieza a inclinarse a favor de una solución de tipo comunista; en la derecha prevalece el repudio de toda reforma que pueda afectar a los intereses de las clases poseedoras. El centro liberal aspira… a un compromiso, el que sea. La izquierda intervencionista, que engloba el fascismo y aspira a ser un movimiento de convergencia, de salvación de toda la Nación, se niega a que los opulentos aplasten a los trabajadores, al tiempo que no está en su ánimo permitir que estalle una revolución social.”

“El nacimiento de la ideología fascista”; Zeev Sternhell,Mario Sznajder,Maia Ashéri , Págs.339/40/1/2

(2) la polémica acerca del "productivismo" llega hasta nuestros dias.
Aqui algo de 2003: “Productivismo” versus “Neoliberalismo” por Domingo Cavallo
Sin ir más lejos algunos eligieron como plataforma lanzarse desde un "Movimiento Productivo Nacional" que es la viscera de este modelo.

(3) edant/clarin 2001
La fortuna de los Rocca nació en el mar: ya en 1830 eran fuertes empresarios navieros. El origen del apellido se remonta al siglo XIV y a la región del lago de Lugano. Techint fue fundada hace 56 años en la localidad bonaerense de Campana por el abuelo Agostino Rocca, que en Italia tuvo muy buena relación con Benito Mussolini.
El canadiense (sic)Pierre Ostiguy, en su libro Los capitanes de la industria, define a los Rocca a principios de la década del noventa: "Se trata de un grupo económico que representó el arquetipo de la gran empresa que se estableció y prosperó gracias al modelo de sustitución de importaciones. Su principal producto, los tubos de acero sin costuras fabricados por Dálmine Siderca, tenían como primer destinatario a YPF, la mayor empresa del Estado".

Cuando uno dice Rocca tiene que pensar que dice, privatización cuando conviene y cuando conviene llamamos al estado. A veces créditos, a veces devaluación para licuar deudas, es decir que lo que se espera de un gobierno es que sea garante de la rentabilidad del empresariado, lo importante es la premisa: "socializar las perdidas, privatizar las ganancias".

(4) está visto que nada irrita más a los estomagos resfriados que lo que haga la corporación sindical, de los patrones ni republicos ni progres hablan más que en forma general, vaga por asi decirlo, no vaya a ser que toquen a alguno y este le quite el saludo.

La corporación sindical es atacada, parece que el político peronista y el sindicalismo peronista son una tara para la democracia, los culpables del atraso y

Respecto a los zopapos contra la CGT confluyen: progres, repúblicos y la AEA, más allá que venegas no es santo de mi devoción, ni tengo que defender sus prácticas. Cada uno con sus argumentos, la progresía por con vocación de fisca para terminar cayendo en un honestismo que lo pone en la derecha por lo funcional. Es hora que oferta tan pobre empiece a ser atacada como lo que es: el progresismo blanco no es mas que una triste espada del capitalismo que no quiere controles ni vallados a su designio de quedarse con la torta, con toda la torta (aclaro por si quedan dudas).

1 comentario:

eltony dijo...

Siempre me pareció que emparentar al peronismo con el fascismo es de la pero mala leche. Innumerables elementos hacen que el fenómenos de los fascismos europeos dificilmente puedan replicarse en otro momento histórico en otras geografías. La manipulación de la frustración por una guerra perdida, la convicción de la superioridad racial, la persecución y exterminio de minorías, el ánimo imperialista y la consecuente política militar expansionista, EL ROL DE LA MUJER, y un muy largo etcétera. Son todos elementos que no promovió Juan Perón,jamás organizó militarmente al movimiento obrero, ni fomentó policías "populares" de persecución como los niños patricios de la Liga Patriótica. No organizó para la guerra, ni estableció campos de concentración - que sí los hubo, pero en la última dictadura, que lejos estuvo La Nación de condenar en sus titulares por fascista-, antes bien más cerca a lo practicado por Roosvelt puso al Estado al servicio del pueblo, o si se quiere especialmente al servicios de los sectores que luego se consolidaron como la base social del peronismo, pero no consagró al Estado como un fin al que debían resignar demandas y aspiraciones fundamentales los individuos. Es importante destacar que el culto al líder es un elemento, uno de los tantos pero ni siquiera de los más importantes, que caracteriza al fascismo, pero no es suficiente para calificar como fascista a todo régimen que lo posea.
Sobre lo otro, lo realmente importante, la guerra contra el sindicalismo es necesario tener en cuenta que el objetivo mayor de la dictadura era el de lograr quebrarlo. No pudo. Es una deuda que quedó pendiente para muchos, la madre de todas las batallas, poder hacer mierda el movimiento obrero organizado. Y en ello contarán con el apoto de la izquierda en todas sus variantes, que incluye esa cosa casi abstracta que se denomina progresismo.