jueves, 26 de enero de 2012

Umbral mínimo para la construcción sudamericana

Lecturas recomendadas de verano (II)


Se muy bien quien fué Jean Thitiart (*) y que es lo que me van decir por solo citarlo, pero sus contribuciones teóricas (sus aciertos y errores)  a la unidad europea pueden servirnos de mucho en la etapa de construcción de la unidad política sudamericana
http://www.tribunadeeuropa.com/?p=3091
El presente texto corresponde a un pequeño tramo de la extensa entrevista que Bernardo Gil Mugarza realizó a Jean Thiriart en julio de 1983 
¿Europa no es más que un sueño o es una creación lógica de profesores e intelectuales?


Thiriart: A pesar de la mentalidad de mercaderes de tapices que reina en el Mercado Común, la Europa económica se refuerza cada día. Esta unificación europea mediante la economía recuerda el Zollverein y nuestras autopistas actuales evocan irresistiblemente la implantación de los ferrocarriles en Alemania de 1840 a 1860. En el interior del Mercado Común industrial, según la ley del “gran mercado” se desarrolla un fenotipo industrial vigoroso. La competición industrial en el interior de un gran mercado había creado de 1880 a 1950 la poderosa industria americana. El mismo fenómeno se repite en este momento en el Mercado Común. Los países que quedan fuera de esta “gran competición industrial” (lo que quiere decir ipso facto “gran selección”) van a perder terreno año tras año, irremediablemente.

El industrial español que no se sienta en condiciones de afrontar el mercado abierto, la competición libre, en el interior del Mercado Común en 1982, estará en una situación infinitamente más inferior en 1992. Cada año de vacilación hará el problema todavía más agudo para los países “extracomunitarios” en Europa (España, Portugal, Turquía, Noruega, Suecia).

El milagro industrial europeo del Mercado Común es muy simple: competición en el interior de un grupo grandísimo, selección entre numerosos competidores. El comercio exterior del Mercado Común es ya en 1982 infinitamente más poderoso que el de los Estados Unidos. La Europa industrial existe ya. La Europa de las vacaciones igualmente (decenas de millones de viajeros de temporada del Norte hacia el Sur). La Europa de las migraciones también: millones de trabajadores del Sur en la industria del Norte. Todo esto va a transtornar profundamente a los países del Sur.

Gran cantidad de especializaciones (fabricaciones o servicios) no existen más que por encima de un cierto umbral crítico. El “umbral crítico” es un dato esencial para quien quiera comprender la historia moderna. Historia íntimamente unida a la tecnología.

Un panadero no puede vivir más que con un pueblo de por lo menos 500 hogares. El dueño de un garaje, con una ciudad de 5000 hogares. Una industria siderúrgica, con un país de 25 millones de habitantes. Una fábrica de camiones pesados, con una población de 50 millones. El umbral crítico de la industria aeronáutica se sitúa en un país de por lo menos 100 millones de habitantes. El lanzamiento de satélites con éxito y amortizable exige un país de, por lo menos, 200 millones de habitantes.

La investigación fundamental en física no puede ser financiada más que por superpotencias militares (250 millones). Junto a la “ley del umbral crítico” existe la ley de la diversificación. La diversificación profesional está en relación directa con el tamaño del país. En los Estados Unidos se cuentan 10000 especializaciones. En España se asombraría que se pasara de las 2000 especializaciones. Las 8000 especializaciones que faltan a España con relación a los USA

(o al Mercado Común) se explican fácilmente: no hay clientes para los 8000 servicios o fabricaciones que faltan.

De año en año se ensancha el foso entre las economías de los grandes conjuntos (Europa, USA) y la economía de los pequeños países replegados en ghettos como España o Argelia.

Por mi formación científica, soy extremadamente pragmático. Lo soy sistemáticamente. Esa es la razón de mi irritación frente a los “nacionalismos irrisorios”, los nacionalismos del pasado, los nacionalismos de literatura.

La voluntad de poder literaria me exaspera por su vanidad. Yo soy esencialmente un materialista de la voluntad de poder. Quien quiera el poder debe querer sus medios y saber calcular la inversión mínima, demográfica e industrial.

Si usted cree que Europa es un “sueño de profesor” venga a navegar conmigo en el mar del Norte. Venga a observar la incesante procesión de millares y millares de cargueros que cruzan la Mancha hacia Amberes, hacia Rotterdam (sobre todo), hacia Hamburgo. Allá verá usted el colosal poder económico de Europa. Estoy constantemente confrontado a este espectáculo debido a que practico la navegación deportiva (vela) en este Mar del Norte en el que converge la economía industrial del mundo entero. El puerto de New York es un pequeño puerto provincial al lado del de Rotterdam.

Cuando se vive como yo en el Delta rico, el Delta próspero del Escalda-Mosa-Rhin, se siente la potencia de la Europa industrial.

Europa no es una construcción de profesores.


(*) en la misma entrevista Thiriart dice: "Mugarza, con el general Perón, el coronel Otto Skorzeny y yo mismo formábamos un grupo de amigos en los años de 1962 a 1969."
Para los ocupados estos días en establecer vínculos de Perón con el nazismo y de allí concluir que dió la idea para la limpieza racial ( Somatén argento) les cuento que  Skorzeny fue un militar alemán (famoso por haber rescatado en misión comando a Mussolini)  juzgado en Nuremberg, encontrado inocente, también juzgado por intento de homicidio a Eisenhower acusación desestimada por falta de méritos, y por ultimo acusado del crimen de guerra de ordenar a sus comandos de vestirse con uniforme enemigo, cuestión que se cae cuando militares británicos atestiguan -en los hechos a favor de Skorzeny- diciendo que ellos también ordenaron a sus tropas usar esa estratagema.

1 comentario:

Andrés dijo...

Buenas Omix,

Thiriart acierta en cuanto al concepto del umbral crítico, pero muchos ejemplos del desarrollo europeo lo contradicen.

Por ejemplo, Suiza tiene una plataforma muy importante de investigación fundamental en física (el CERN es un ejemplo) y química (el polo Novartis-Roche de Basilea) y no llega a los 8 millones de habitantes.

No creo que Sudamérica pueda seguir un ritmo así porque justamente esa especialización de la que habla creó una Alemania poderosa industrialmente y exportadora y una periferia crecientemente desindustrializada y endeudada. En 1983 no podía ver que la UE llegaría al estado actual.

Lo interesante es que su "tercera posición" (ni proUSA ni prosoviético) no cuajó en el electorado mientras que en Argentina sí.

Saludos,

Andrés