jueves, 18 de diciembre de 2014

"Monologo de Herodes"


“Dios ha nacido”, gritaron, “lo hemos visto con nuestros ojos. El Mundo está a salvo. Nada más importa”.

No se necesita ser un psicólogo para darse cuenta de que si este rumor no es aplastado ahora mismo, en unos cuantos años puede enfermar al Imperio entero, y no se requiere ser un profeta para predecir las consecuencias si tal ocurre.
La Razón será reemplazada por la Revelación. 
El Idealismo será reemplazado por el Materialismo.
La Justicia será reemplazada por la Piedad como la virtud cardinal humana, y todo el miedo al castigo se desvanecerá. 
Naturalmente no puede permitirse que esto ocurra. La civilización debe salvarse así esto signifique echar mano de los militares, como supongo que se requiere. Qué funesto. ¿Por qué ocurre que al final la civilización siempre debe llamar a estos mete-en-cintura profesionales a los que les da igual si las órdenes que reciben son para exterminar a Pitágoras o a un loco homicida? Caray, ¿por qué este infeliz niño no se fue a nacer a otra parte? ¿Por qué la gente no es sensata? No quiero ser horrible. ¿Por qué no pueden ver que la noción de un Dios finito es absurda? Vaya que es absurda. Y supongamos, nomás por conceder, que no es absurda, que esta historia es verdad, que este niño es de un modo inexplicable tanto Dios como Hombre; que crece, vive, y muere, sin cometer un solo pecado. ¿Haría eso una vida mejor? Por el contrario; la haría mucho, mucho peor. Porque sólo querría decir esto: que una vez que les ha mostrado cómo, Dios esperaría que todo hombre, sin importar su fortuna, llevara una vida sin pecado en la carne y sobre la tierra. Ahí sí que la raza humana se zambulliría en la locura y la desesperación. Y para mí personalmente en este momento significaría que Dios me ha dado el poder de destruirlo a Él mismo. Me niego a que me metan en esto. Él no podría jugarme una broma tan horrenda. ¿Por qué yo le caería tan mal? He trabajado como un esclavo. Pregúntenle a quien gusten. Leo todos los despachos oficiales sin saltarme uno solo. He tomado clases de elocución. Casi nunca he aceptado sobornos. He tratado de ser bueno. Me lavo los dientes todas las noches. No he tenido sexo durante un mes. Me opongo a esto. Soy un liberal. Quiero que todos sean felices. Ojalá yo no hubiera nacido.
W.H. Auden.

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