domingo, 4 de enero de 2015

De Candidato Natural del Peronismo a Partener del kirchnerismo

Daniel Scioli el partenaire del Kirchnerismo 
"... voy a hacer algunos comentarios sobre una película que presenta el paradigma de la relación del psicópata con su pareja. Una película no es un caso clínico, pero en circunstancias como esta puede suplirlo muy bien, en especial porque cualquiera que quiera puede verla. Se trata de Il sorpasso, un film de Dino Rissi con Vittotio Gassman como protagonista, el psicópata. Jean Louis Trintignant hace el papel del partener.
La secuencia inicial, mientras se pasan los títulos, muestra al protagonista entrando en su auto convertible descapotado en un pueblo desierto que después se sabrá que son las afueras de Roma adonde se dirige. Pocos segundos después se muestra una señal de contramano en una bifurcación que no impide que nuestro sujeto entre por ella con la mayor naturalidad y también celeridad. La violación de las reglas de tránsito son la trama permanente de la acción. Il sorpasso que da el título de la película, adelantarse, pasar a otro en la ruta -gran parte transcurre en el andar en las rutas- es siempre el adelantarse irregularmente y a veces imprudentemente.
No hay nadie, todas las persianas de los negocios están cerradas. La escena muestra bien la soledad del psicópata en busca de su víctima, alguien a quien hablar. Busca un teléfono que no encuentra porque está todo cerrado. Intenta a través una persiana por donde alcanza el tubo pero no puede colocar la moneda.
En medio de ese desierto hay un tipo único que está en una ventana mirando, su curiosidad lo llevó ahí aunque se esconde al ser visto. Es un estudiante, encerrado preparando sus exámenes de derecho en el calor del verano de Roma.
Sin pérdida de tiempo nuestro protagonista le indica el mensaje, el número y a quién llamar para que telefonee por él. Pero no da su nombre. En pocos minutos no sólo entra a hacer la llamada sino que queda cómodamente instalado en un sofá y luego usando las instalaciones del baño.

Después se lo lleva con él, al estudiante, casi como copiloto. Pasa las luces rojas, insulta a los obreros que encuentra en el amanecer de Roma lo cual es muy indicativo de su posición subjetiva: los tacha de serviles y los insta a rebelarse de su yugo. Se burla de los que hacen esfuerzos, por ejemplo, de los ciclistas en la ruta. O la burla al viejo que hace dedo, lo hace correr hasta alcanzar el auto y cuando está por llegar arranca y se va.
Luego se suceden varios episodios familiares que implican la caída de los ideales neuróticos del partener. El estudiante periódicamente se resiste, se pregunta por qué aceptó venir y se propone volver a su casa a estudiar. Pero termina quedándose, o volviendo cuando se ha ido.
Al principio reacciona con cierta indignación ante las burlas, o protesta por las violaciones y se resisten a la velocidad. Pero, paulatinamente, entra en el juego. Al final resulta totalmente cómplice, pasa más allá de sus inhibiciones y entrega su consentimiento a esas formas de goce: dale, más rápido, pasalo, es él ahora quien dice esto al conductor. Se alegra de las vicisitudes de esos dos días que han transcurrido sin la constricción de un programa previo. Son los dos días más lindos de mi vida, dice.
No voy a comentar el final. Sino solamente destacar los mecanismos por los cuales nuestro psicópata va obteniendo de su acompañante -acompañante casual, contingente, pero a su vez necesario una vez que se produjo el encuentro- el atravesamiento de las restricciones superyoicas hasta llegar a producir el consentimiento para el goce de lo que, hasta ese encuentro, funcionaba para él con el estatuto de lo prohibido."
http://www.alcmeon.com.ar/9/35/Mazzuca.htm

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