lunes, 19 de diciembre de 2016

#CampagnoliNo

Pagni intenta darle un brillo que el modesto gobierno Macri no puede alcanzar ¨En el centro de Cambiemos está Pro, un partido que, desde su nacimiento, se propuso reparar las frustraciones de los sectores medios con la política. El perfil de Macri, un empresario y dirigente futbolístico que rechaza la etiqueta de líder profesional, refuerza ese mensaje. Y sugiere un aire de familia con figuras como Berlusconi, Piñera o Trump. Hay que poner la lupa en el fenómeno. Después de 12 años de prédica anticapitalista, a Cristina Kirchner la sucede un empresario. Es la peor de las derrotas: la derrota cultural. Mucho más llamativa porque se verifica en una sociedad que, por lo general, penaliza la riqueza.¨.


Dos gruesos pifies en un párrafo: PRO no busca  representar a sectores medios en su faz fuerza nacional, esa ha sido el sujeto de representación en CABA donde lo que se practica es un vecinalismo cuyo horizonte es el alumbrado barrido y limpieza y el leit motiv de los acuerdos entre los ediles porteños -su disciplinamiento al orden estatuido- pasa por los carriles habituales en cualquier concejo deliberante, por caso la ampliación de zonas para la industria de la construcción de edificios y la caranchesca distribución de magia consensualista que trae aparejada. 

El segundo error de apreciación es afirmar suelto de cuerpo que la sociedad condena la riqueza, en rigor tendría que agregar "mal habida" pero eso lo pondría en el brete de tener que oponerse a la percepción de una riqueza contrabandeada por el hermano presidencial, un vulgar delincuente tributario quien, al menos, ha sido favorecido por la casa rosada con un blanqueo que -como todos- resulta injusto para el albañil que tuvo que pagar el IVA por el arroz y el queso rallado que serán el único alimento de sus hijos hoy.


Morales Solá ayer y Pagni hoy olvidan que fue Elisa Carrió quien deliberadamente minó el clima de acuerdo parlamentario con su decisión de darle continuidad de hecho a la procuradora Alejandra Gils Carbó. Mediante la negativa a apoyar el consensuado proyecto de reforma del Ministerio Público Fiscal que le ponía plazos al mandato la líder del partido trasnominador, logra patear la pelota para un momento futuro mas oportuno en el que pueda cumplirle el sueño húmedo a sus fogoneros y mandantes (Clarín) que, se sabe, quieren promover a ese lugar a un fiscal (Campagnoli) sin demasiadas luces pero dispuesto a ser meritócrata de algún poderoso.

La respuesta de la política al sabotaje de acuerdos de Carrió viene después que el tigrense tensó la cuerda con un "inesperado" gambito, sacrificando su distancia del cristinismo, mantenida virtualmente por su acercamiento a Stolbizer quien también entendió la importancia de la jugada. Y puede resumirse en esta imagen en la que se retratan varios PRO yendo al pie a la casa del impostor/irresponsable y personaje menos confiable de la política argenta para acercar posiciones en torno al controvertido proyecto de modificación del Impuesto a las Ganancias.

Otra fotografia de la política completa el cuadro reparador, y se suma a la anterior. Es la del Papa Francisco recibiendo a Gils Carbó en el momento de presión sobre su figura, algo que ya ensayó en 2014 cuando dejó correr la especie de que reconocía la probidad de Campagnoli.

Carrió actúa como si el sistema tuviese que someterse a su vanidad, no hay que permitírselo. Clarín quiere poner en funciones a Campagnoli que es como decir que Telefónica, Shell o Techint nos quieren imponer un funcionario clave, no hay que permitir que una o varias corporaciones se yuxtapongan con república y democracia.  Pero como en todo hay que elegir y establecer prioridades, Lilita es secundaria, por lo tanto se impone el #CampagnoliNo.

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